SER GENIOS NO ES CUESTIÓN DE EGOS: "El genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación".

marzo 27, 2022

Iniciemos este articulo con el siguiente interrogante e intentemos resolverlo: ¿Un genio nace o se hace?


Todos los seres humanos tenemos un cerebro, en el cual residen trillones de células y millones de conexiones neurales con una arquitectura única y compleja, donde en un estado normal permite que nuestra capacidad de aprendizaje se desarrolle naturalmente con la edad y otros aspectos importantes como lo son el entorno, la alimentación, la sociabilidad, entre otros. Podríamos decir que dichos aspectos son estímulos, los cuales son necesarios para desarrollar habilidades y son las que precisamente entrenan a nuestro cerebro, moldeándose según la información y uso que le demos; ya que en nuestro cerebro reside toda la información genética y nuestras capacidades intelectuales, entre otras, tiene una plasticidad y flexibilidad sorprendente capaz de procesar la información y transformarla como nosotros queramos. Para responder al interrogante del inicio digo que un genio se hace y no nace, esto es porque no es necesario tener el potencial con el que nacen algunas personas y este se desarrolla en un talento determinado, es como suele decirse un don innato, pero dicha potencialidad del “don” no es la característica que define al genio. 

Pensemos ahora en varias cuestiones, una de ellas la inteligencia, definida como la habilidad para adquirir y procesar conocimientos, pensar, razonar con eficiencia y adaptarse al entorno de manera más fácil; de aquí podemos diferenciar lo que es ser una persona inteligente a ser un genio: una persona no puede torcer una situación cuando esta se torna difícil por más inteligente que sea, mientras al genio, que se le atribuye de tener ingenio, cambia completamente las cosas, es visionario, transpone cosas de forma espontánea que para franquearlas necesita no solo de inteligencia, también de astucia y quebrantando paradigmas. Albert Einstein decía: “Todos somos unos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá su vida entera creyendo que es un estúpido”.

 ¿Te acuerdas de algún compañero o compañera que siempre tuvo las peores calificaciones en el colegio? Quizás hoy este sea un artista o empresario exitoso; o a lo mejor tu sufrías en el colegio tratando de resolver ecuaciones de física o geometría, pero eso sí, nadie te ganaba metiendo goles sin ángulo durante los descansos en el colegio.

En ambos casos podríamos decir que son unos genios no reconocidos por un sistema educativo que suele meter en un salón de clase a decenas de niños, todos distintos, para enseñarles y exigirles lo mismo. Howard Gardner, sicólogo de la Universidad de Harvard dice: "Si sacas notas altas, mientras te quedes en el colegio pensarás que eres muy inteligente. Pero si visitas una granja, un bosque o un teatro verás que otras inteligencias son importantes" dando a entender que hay inteligencias múltiples.

Veamos la teoría de Gardner sobre “Inteligencias múltiples”, la cual permite reconocer la genialidad en personas que el sistema educativo tradicional no valora o considera mediocres. Son ocho las inteligencias que Gardner diferencia con nitidez y cada una de ellas tiene sus propios destellos de genialidad. 

1. Inteligencia matemática y lógica

Todos hemos tenido algún compañero con una habilidad extraordinaria para los números y la lógica. Estos genios suelen identificar patrones, resolver y plantear problemas con facilidad. 

2. Inteligencia lingüística

Siempre comprenden antes que nadie el sentido de un poema o una novela. Las palabras son lo suyo.

Quienes destacan en este tipo de inteligencia navegan sobre las páginas de un libro como marineros expertos, escriben con facilidad y son el centro de atención cuando cuentan una historia.

Se desenvolverán mejor que la mayoría si se dedican a la literatura, el periodismo o a ciertas ciencias sociales. 

3. Inteligencia musical

Esta no es sólo la habilidad de saber apreciar la música, sino también de descifrarla e incluso crearla.

Los genios musicales se reconocen muy jóvenes por su habilidad para seguir ritmos o tocar diversos instrumentos.

Por supuesto, muchos consideran que la música es un talento y no una inteligencia.

Pero, ¿por qué si eres bueno con las palabras eres inteligente y si eres bueno con los ritmos eres talentoso? 

4. Inteligencia visual y espacial

Los genios con este tipo de inteligencia dibujan con facilidad, son buenos con las manualidades y tienen un sentido desarrollado de la ubicación.

Alguien con estas habilidades destacará en la arquitectura, dibujo y algunos tipos de ingeniería. En otro sentido, marinos y pilotos de avión también la poseen. 

5. Inteligencia kinestésica

Esta inteligencia está vinculada a la capacidad para controlar nuestro cuerpo en actividades físicas coordinadas y hay dos tipos.

Por un lado, están aquellos que usan todo su cuerpo para expresarse o resolver problemas, como lo pueden ser deportistas y bailarines.

Por otra parte, se encuentran aquellos que usan sólo una parte de su cuerpo, como las manos, para la creación. En otras palabras, un artesano puede ser un genio de la kinestésica, aunque no sepa patear una pelota. 

6. Inteligencia interpersonal

Esta es la que a veces se califica como inteligencia emocional. Tienen una gran habilidad interpersonal aquellos que empatizan naturalmente con los demás, saben motivarlos, liderarlos, les es fácil trabajar en grupo y colaborar.

"Las habilidades pueden usarse de manera perniciosa también y un vendedor con gran inteligencia interpersonal puede estafarte con facilidad", apunta Gardner.

Un genio de la inteligencia interpersonal puede destacar como político, vendedor, conferencista o motivador. 

7. Inteligencia intrapersonal

Muchos de quienes son tildados de tímidos o retraídos pueden ser unos genios de la inteligencia intrapersonal.

Esta habilidad se define como la capacidad de conocernos a nosotros mismos mediante la reflexión y el autoanálisis.

Los filósofos, pensadores, teólogos e incluso especialistas en algunas ciencias sociales basan su trabajo en este tipo de inteligencia. 

8. Inteligencia naturalista

¿Cuándo eras niño sobrevivían las plantas que cultivabas en tus experimentos escolares? ¿Sabes distinguir con facilidad el vuelo de un águila del de un halcón?

La inteligencia naturalista es la que hizo genio a Charles Darwin, el padre de la teoría de la evolución.

Saber diferenciar variedades de animales y plantas o moverte en el campo como quien camina por la sala de su casa es una muestra de genialidad que no todos tienen.

 

En las discusiones sin fin sobre el modelo educativo ideal para los niños, mucho se critica el hecho de que mamás, papás, tíos, tías, abuelos, abuelas, maestros, maestras, minan la curiosidad tan natural de los niños de hacer preguntas. La curiosidad se vuelve algo malo. Pues estas personas matan la curiosidad natural del niño y mejor lo ponen a escuchar y a tomar dictado, o solo quedarse callado y sentadito porque así se ve más bonito.


Te expongo cinco rasgos que todo genio cumple.

Gráfico cinco rasgos del genio


Hablemos ahora por qué ser genios no es cuestión de egos, porque la excelencia de algunos profesionales es el peor enemigo de los entornos sociales y laborales que priman los valores humanos por encima del conocimiento; en la vida y en el trabajo los valores humanos mandan y la certeza absoluta no existe. La historia nos ha mostrado a grandes genios que entre otras se caracterizaban por tener enormes egos y su vez una profunda soledad, esto suponía un inconveniente para su relación con los demás afectando la convivencia; es aquí donde hoy en día es importante desarrollar y tener una inteligencia emocional. Daniel Goleman en una de las lecciones sobre la teoría de inteligencia afirma, "si no dispones de unas buenas habilidades emocionales, si no te conoces bien, si no eres capaz de manejar las emociones que te inquietan, si no puedes sentir empatía ni tener relaciones estrechas, entonces da igual lo listo que seas, no vas a ir muy lejos". Aporta un dato: "En el mejor de los casos, el coeficiente intelectual parece aportar tan solo el 20% de los factores determinantes del éxito".

Debemos hacer un esfuerzo por romper con esos paradigmas, creencias y estructuras sociales en las que muchos hemos crecido y han minado la curiosidad, que es natural tenerla, cuestionar e investigar todo por lo que no entendemos es una buena manera de iniciar un desarrollo del ser intelectual y el ser genio. La pereza y el ego son los principales enemigos del desarrollo de las habilidades que nos conduzcan a ser un genio, porque en realidad todos tenemos la posibilidad de serlo; es a través de las experiencias de vida donde tenemos la mayor formación para lograr resolver problemas diarios que siempre existirán, pero recuerda que un genio logra darle la vuelta a la situación y ver las oportunidades que en ello hay, con la capacidad extraordinaria de aprender y explicar el porqué de las situaciones.

Para concluir pienso que además del ego y la pereza, también el miedo con el hemos crecido muchos de nosotros ha dado la posibilidad a que seamos personas que se conforman con lo que la vida les da o con lo que su capacidad física lo permite; nunca es tarde para tomar control de nuestras vidas y destinos, entender y comprender que necesitas de esfuerzos importantes para romper esquemas, para volver a ser niños que preguntamos y sentimos curiosidad, expresándola con total naturalidad; ello no te hace menos, por el contrario, despierta las múltiples posibilidades del saber y tu cerebro tiene esa flexibilidad para adaptarse, pero es tu ego el que te vuelve rígido e impide encontrar tu ser genio; hoy se valora mucho la capacidad e inteligencia emocional aplicado a los entornos familiares, sociales y laborales; tus habilidades y ese genio que vive en ti, se ensombrece cuando no tienes empatía, autocontrol, no te conoces a ti mismo, permitiendo al ego dirigir y administrar tus talentos como si fuera eso suficiente para lograr los objetivos.

Crea, inventa, motívate, apasiónate por algo, lucha por tus ideas y no tragues entero a lo que te dicen, como dice Aldous Huxley, novelista y poeta inglés: “El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez”, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo, por siempre ser el niño que siente curiosidad.

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