EL CRISOL CULTURAL: Todas las culturas, de un modo u otro, reflejan necesidades humanas comunes
marzo 08, 2022Quiero compartir con vosotros este tema que es muy importante para desarrollar un pensamiento crítico de nuestros comportamientos y actitudes. El tema se centra en la idea de la diversidad y de la formación en la diversidad misma, como el nuevo crisol cultural que nos permite convivir y trabajar bien con todo el mundo. A propósito de un día como hoy, 8 de marzo, que se conmemora el día internacional de la mujer, este tema que os planteo pone sobre la mesa lo importante que es reconocernos a nosotros mismos y de reconocer las diferencias en los demás, no como una amenaza o debilidad sino todo lo contrario, como parte de la fortaleza y de las grandes ventajas que tenemos al convivir en la diversidad y parte de reconocer ese rol tan importante de la mujer es a su vez reconocer la diversidad que da vida, porque todos venimos a este mundo a través de nuestras madres, da amor, sanación, reconciliación, resiliencia, educación y sobre todo esfuerzo y trabajo, porque siempre a lo largo de la historia así haya sido escrita y contada por hombres, la mujer ha sido fundamental y transversal en cada momento histórico; por ello es imperativo hoy en día, aun con el desarrollo de una crisis humanitaria y una guerra en Ucrania, vemos esa fuerza y capacidad de las mujeres que anteriormente reconstruyeron naciones y hoy defienden su lugar con la vida sin distinción alguna.
Al buscar el término en la Wikipedia de crisol cultural encontraremos: “El término crisol de culturas suele usarse para representar la forma en que las sociedades heterogéneas gradualmente se convierten en sociedades homogéneas, en las cuales los ingredientes mezclados en el crisol se combinan para formar una sociedad multiétnica”. Os explico el concepto de una manera metafórica: es el mosaico que describe cómo se mezclan las diferentes culturas, pero aun así siguen siendo distintas.
Comencemos con
entender la idea de la diversidad y de la formación en la diversidad.
Cuando hablamos de
personas la diversidad es la cualidad que nos hace diferentes o distintos a los
demás. Todos tenemos algo diferente que aporta a las distintas situaciones
de la vida, dependiendo de nuestras experiencias, origen y muchos otros
factores.
Cuando hablamos del
trabajo, hoy en día, la situación es mucho más diversa.
En general ahora hay más diversidad con respecto a un pasado
no muy lejano; somos más diversos por el tipo de compañeros de trabajo que
tenemos a nuestro alrededor y por las organizaciones con las que nos
relacionamos en este mercado global.
Hoy en día, tenemos que tener presente que existen grupos
protegidos por la ley; estos grupos se caracterizan según la raza, la religión,
la edad, el sexo, la nacionalidad, la discapacidad, la orientación sexual, el embarazo
y también, en algunos casos, el género y la militancia en un partido político.
En cuanto al aspecto
social de la diversidad...
Todo el mundo habla que los países del primer mundo son
un crisol cultural, pero si nos fijamos en algunas empresas de estos países, el grueso del
personal no es tan diverso, sobre todo a niveles altos o directivos. Cuando
este tipo de empleados miran a su alrededor, ven que todos son bastante
parecidos y homogeneizados; su crisol cultural: un grupo de personas uniformadas que encajan
bien en un grupo. Aquí, el crisol cultural es más bien homogéneo; pero si lo pensamos bien la sociedad no es tan homogénea, esto no es entonces un crisol cultural
donde todo se iguala.
En lo referente a las personas, la sociedad está formada de
distintos grupos de personas que tienen cosas en común y que, a su vez, son
diferentes con respecto a otros grupos de personas. Es este concepto el que
tenemos que comprender en el trabajo y en la vida.
Para un buen número
de personas, la palabra diversidad tiene una connotación negativa.
Creen que significa únicamente ser políticamente correcto, y
está claro que queremos tratar a las personas de un modo correcto, pero la
diversidad no es una lista de normas arbitraria sin sentido. Se trata de
respetarnos, de comprendernos, elementos cruciales en la convivencia.
Parte del problema es
que los seres humanos tendemos siempre a detectar la diferencia.
Hay que tener presente que no es fácil ser diferente. Cuando
señalan a alguien por ser diferente, podría estar implicando que no es tan
bueno como los demás en algo en concreto o que sus competencias pueden no estar
a la altura.
En un ambiente de trabajo, ¡no podemos permitir que esto
ocurra! Tenemos que ver la diferencia como un punto fuerte, como algo que nos
puede ayudar a refrescarnos, a ver las cosas desde un nuevo punto de vista.
Somos distintos y cada vez nos hacemos más distintos según
va pasando el tiempo; Eso significa que tenemos que cambiar de actitud acerca
de la diversidad.
Tenemos que aceptar
las diferencias como algo bueno y positivo.
El éxito de una organización se basa en las cosas que
tenemos en común, no en las diferencias: el mismo departamento, los mismos
objetivos, los mismos beneficios, los mismos derechos, las mismas obligaciones
y un largo etcétera ¿verdad? y, en lo básico, todos tenemos los mismos
objetivos personales y profesionales. En lo profesional, las personas quieren
seguridad en el trabajo; quieren que su trabajo sea significativo, que tenga
sentido y ser respetados por su contribución; quieren crecimiento personal y recibir un reconocimiento y, sobre todo, quieren disfrutar de su trabajo más que obligarse a ir al trabajo cada día. Todos tenemos esto en común.
Conclusiones.
Atender a las necesidades imperativas para desarrollarnos
como personas, posibilita que en gran medida seamos más observadores y a su vez
críticos de nuestro entorno y de las dinámicas que las componen. Si lo pensáis bien, os da una gran ventaja en la vida porque seréis capaces de adaptarse y
de valorar lo que las personas que son diferentes a ti no restan, por el contrario, sumará en muchos aspectos de tu vida. Por esa razón en el artículo que he
publicado anteriormente MEMORIAS: ser migrante una decisión de vida, explico
una de las razones que me motivaron a dejar mi país y salir de mi zona de
confort, al vivir en España, país en el que vivo, encontré en mis
primeros viajes ese crisol cultural del que tanto hablo; para mí fue alucinante ver como en una
plaza de una ciudad como Madrid o Barcelona la vida y la
cotidianidad se desarrollaban con ese mosaico de personas diferentes, observaba
por ejemplo, a las personas de Asia y comprendí que en realidad no todas se parecen (pensaba
que eran muy parecidos) y que en realidad hay características que los hacían
fácilmente reconocibles entre sí, por ejemplo, encontré japoneses que son muy
diferentes a los coreanos, los chinos muy diferentes a los filipinos de
igual manera sucedía con los marroquíes, los europeos y entre los mismos latinoamericanos.
Esas diferencias multiculturales y sumado a los diferentes acontecimientos históricos que ayudaron a desarrollar lo que es hoy el territorio ibérico, impulsó en mi ser la necesidad
imperativa de ser parte de ella, enriquecer mi cultura y formación, pero además
de contribuir a una sociedad que lo permite y tiende la mano para que todos y todas podamos convivir en nuestras diferencias.
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