GESTIONAR LAS EMOCIONES EN EL TRABAJO: “Somos peligrosos cuando no somos conscientes de nuestra responsabilidad de cómo nos comportamos, pensamos y sentimos”. Marshall B. Rosenberg
febrero 26, 2022Así como he compartido con vosotros otros artículos sobre temas importantes que tienen un impacto directo en el área personal, social y laboral, ser asertivos y productivos en el trabajo nos eleva a ser profesionales muy competentes pero si abordamos este tema, que para mí opinión es clave en la trilogía que os planteo, podemos sin lugar a duda desarrollar un perfil profesional que atiende a los retos del mercado laboral y que además logra dar equilibrio a aspectos de vuestra personalidad y rol en la sociedad.
Entremos en materia y hablemos de las emociones, estas son
reacciones que son conocidas por cualquiera de nosotros porque las
experimentamos constantemente, son parte de nuestra vida siendo, por
ejemplo: la alegría, tristeza, miedo, ira, etc. Estas emociones son una
respuesta inmediata de nuestro organismo ante una situación y son complejos en la
medida que nosotros lo percibimos a través de nuestros sentidos ya que no
todos somos conscientes del manejo que le damos a dichas emociones; yo por
ejemplo he experimentado muchas veces ansiedad por diferentes situaciones,
anteriormente no era consciente del mal manejo que le daba a las emociones que
surgían a raíz de este estado emocional, resultaba bloqueado a encontrar una
salida o respuesta y como muchos de nosotros que hemos experimentado esta
situación nos enfermamos.
El cuerpo reacciona a nuestro estado emocional, recuerda que
somos Espíritu, alma y cuerpo, de alguna manera las emociones son el conducto
por el cual fluye o bloquea la energía a estas tres áreas. Te lo expongo en un
ejemplo: una persona que experimenta una emoción como la ira, a nivel
fisiológico se activará una serie de respuestas procedentes de diferentes
sistemas como: tensión muscular, presión arterial, aumenta el ritmo respiratorio, sequedad
en la boca, etc. A nivel cognitivo, es decir, en lo que concierne a nuestra
capacidad de comprensión, juicio, memorización y razonamiento, la ira puede
hacernos perder la capacidad de controlar nuestra conducta haciendo que
reaccionemos de manera similar a otras especies menos evolucionadas como los
reptiles; reaccionaremos tratando de decidir si tenemos más posibilidades de
sobrevivir luchando, huyendo o quedándonos paralizados, a nivel subjetivo, es
decir, dependiendo totalmente del individuo, experimentaremos una serie de
sensaciones físicas, intensas, desagradables y descontroladas que junto con los
cambios cognitivos y algunos pensamientos sobre el dolor y sus consecuencias
harán que tengamos una experiencia de terror única e imborrable.
La suma de todas ellas es lo que provocará nuestro
comportamiento, ya sea lucha, huida o paralización, en las mejores condiciones
para salvar la vida e intentar no volver a vernos en una situación similar de
peligro.
Estas son algunas de las situaciones y reacciones fácilmente
identificables que se producen habitualmente en los seres humanos:
- Temor a perder la vida o amenaza de un resultado negativo. Reaccionamos luchando, huyendo, manteniendo la situación de alerta o paralizándonos.
- Confrontación de intereses con nuestros semejantes. Reaccionamos con ira o enojo.
- Pérdida de un ser querido. Reaccionamos con tristeza y empatizamos con las personas que nos apoyan.
- Celebración de un éxito o enamoramiento. Reaccionamos con exaltación.
- Esfuerzo ante un desafío. Reaccionamos con satisfacción y alegría.
- Ante personas que necesitan nuestra ayuda. Reaccionamos de manera rápida y altruista aún a riesgo de nuestra seguridad
El tono hedónico es el placer que experimentamos o la sensación
agradable o desagradable, es “la sal de la vida”. Esto es esencial para
desarrollar la memoria porque nos permite tomar decisiones, tener juicios y
razonamientos para nuestra conducta, relaciones sociales y bienestar porque:
- Las experiencias emocionales son las más valoradas. Como curiosidad, existen más de 15.000 palabras en inglés para definir estados emocionales.
- Los recuerdos que conservamos son mayoritariamente emocionales.
- Necesitamos tensión emocional para decidir.
- Decidimos muchas veces de manera emocional.
- Las emociones nos preparan, nos motivan y nos guían.
Hay otra serie de términos y conceptos muy relacionados con
este tema como por ejemplo los sentimientos: éstos son más duraderos que las
emociones que son temporales y están más vinculados a la reflexión. No suelen
estar relacionados con sensaciones físicas intensas, son más suaves y no ponen
en marcha comportamientos de manera inmediata; para comprenderlo mejor, podemos
hablar de la reacción emocional de miedo ante una serpiente que hemos visto en
el campo mientras que hablaríamos de sentimiento de miedo hacia las serpientes,
algo más general y no vinculado a una situación determinada.
Otro concepto es el estado de ánimo, un sinónimo podría ser
la “vivencia emocional” y como los sentimientos suele ser más intenso y más
prolongado que la emoción; suele usarse mucho la expresión al hablar de una
persona que tras una pérdida importante se encuentra deprimido y tiene episodios
frecuentes de tristeza, el estado de ánimo contrario sería el alegre.
El término afectividad englobaría todos los anteriores,
incluidas las emociones, y es el término más genérico de todos.
Finalmente debemos distinguir entre un estado emocional y
una característica inherente a un individuo. No es lo mismo estar nervioso o
ansioso por el examen que vamos a tener hoy que ser nervioso; el primer caso es
una situación temporal que finaliza cuando se hace el examen, sin embargo en
el segundo hablamos de un rasgo de la personalidad que acompaña al individuo en
diferentes situaciones y a lo largo de su vida.
Hablemos ahora de ¿Qué es la gestión de las emociones?.
Gestionar las emociones es clave para nuestro desarrollo
porque sabremos responder de la manera mas conveniente ante alguna situación de
nuestro entorno y que tiene un impacto directo ya sea positivo o negativo en
nosotros; para ello veamos tres conceptos claves para gestionar adecuadamente
las emociones:
Aceptar las emociones positivas y negativas: todos sabemos
de alguna manera que son las emociones positivas y negativas, comprender que
son necesarias y su función es ayudarnos, hará que las aceptemos con más
naturalidad pudiendo observarlas y canalizarlas más fácilmente.
Tratar de ser más conscientes de lo que sientes y piensas: Desarrollar
nuestra introspección cuestionándonos lo que pensamos, lo que decimos, o lo que
sentimos, nos ayudará a detectar creencias irracionales que no corresponden con
la verdad y por ende al no ser lógicas repercutirán en la canalización de las
emociones y sentimientos
Desarrollar tu inteligencia emocional: Estar en sintonía con
nuestras emociones es la clave para desarrollar nuestra inteligencia emocional,
permitirá entre otras que tomemos las elecciones más adecuadas ante las
situaciones o problemas que tengamos que afrontar, desarrollamos una habilidad
para entender nuestro entorno, a las personas que nos rodean, usando dicha
información para guiar los sentimientos y por ende los comportamientos.
Gestión de las emociones en el trabajo
Hemos abordado el tema de las emociones y cómo gestionarlas. Esto incide en tu vida personal, social y laboral, porque seguramente así como
logras identificarlas y se relacionan con tu familia, también lo experimentas
con tus amigos y en tu trabajo pero muchas veces por más que intentemos ser
conscientes y lograr dar gestión a las emociones nuestra profesión, o mejor, nuestro entorno de trabajo marca una dinámica que puede entrar en contravía a
la manera con la que nosotros lo entendemos. De una manera más explícita quiero deciros que enfrentarnos a los entornos de trabajo demanda de nosotros
mayores retos y hace que nos superemos a nosotros mismo constantemente, esto
porque la dinámica del mercado laboral está precisamente en movimiento y no es estática; la manera con la que hacías un trabajo no se hace así mismo hoy en día,
manifestar y hablar de las emociones en el siglo pasado suponía al fracaso de
cualquier trabajador, hoy en día las empresas y los clientes se mueven y
avanzan hacia unas mayores complejidades para ser competitivos y una de las
claves es que además de contar con las herramientas técnicas, contemos con
personas que puedan escuchar, comunicarse eficazmente, capaz de resolver
problemas y de aportar, no restar.
Manifestar una inteligencia emocional apropiada en el
trabajo, así como en la vida, son recursos valiosos que se consideran
indispensables para el desarrollo profesional, poder comunicarse
apropiadamente, manifestar lo que disgusta, no caer en excesivos picos
emocionales ante problemas mínimos y lograr sumar al equipo de trabajo son
pilares fundamentales que buscan las empresas de todo tipo.
Te comparto siete claves para lograr gestionar las emociones
en nuestro trabajo
Conclusiones.
Tomar conciencia y conocernos a nosotros mismos es una tarea
importante que debemos hacer para estar mejor preparados de cara a los retos
del mercado laboral; el conocimiento y las herramientas técnicas son una parte
básica de nuestro desempeño como profesionales, lo realmente exitoso es como
nosotros aportamos y gestionamos la labor, podremos llegar a tener una carrera
profesional de prestigio con reconocimientos pero si tú como
persona no sabes liderar, no toleras la frustración, no sabes escuchar, dejas que las emociones y el estrés que este produce impacte negativamente en tu equipo de
trabajo, estaréis condenado a fracasar, como os digo, es muy importante tener el
conocimiento y alimentarlo, pero es mucho más importante conocernos a nosotros
mismos, valorarnos y tener una gran autoestima, ello nos permitirá establecer
un equilibrio entre lo laboral, personal y social; el trabajo es importante
pero no lo es todo en la vida, y en la medida que logras atender las emociones
y llevar una vida sana contigo mismo, tus familiares y amigos, de esa misma
manera encajarás muy bien en un equipo de trabajo, atenderás las demandas y
estaréis en dirección hacia el éxito profesional, porque ser como eres (es tu
esencia) agrega más valor a un trabajo que el mismo título que tengáis.
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