Cada de uno de nosotros anhela y desea cumplir objetivos y proyectos de vida; poder desarrollarnos profesionalmente y tener la capacidad de solucionar los retos que la vida misma nos plantea. Un tema que hoy más que nunca requiere por parte de nosotros un especial cuidado y atención es la salud financiera, esto porque hemos crecido con la falsa creencia que las finanzas son solo para las personas que estudian una carrera afín y que es algo complejo o difícil de entender para los demás.
La salud financiera se define como el bienestar que se
alcanza mediante una buena gestión de la economía personal, familiar o
empresarial para poder hacer frente a imprevistos y conseguir metas a futuro.
La crisis económica global, la amenaza de la seguridad
territorial y alimentaria y una pandemia en el actual siglo han generado, entre otras, una
incertidumbre entre nosotros que se manifiesta en ansiedad, depresión y descontrol.
Es aquí donde en una situación que nos demanda mayores retos y compromisos, demos el primer paso para lograr un equilibrio financiero
que nos permita tener el control de la situación frente a alzas de precios,
deudas e imprevistos.
Hablando de un primer paso, te explico cómo iniciarlo. Debéis tener muy en claro cuáles son las prioridades en tu vida y que es lo que verdaderamente importa; tener el control de tu dinero es básicamente gastar menos de lo que se gana, no tener deudas y compromisos financieros (salvo una hipoteca), esto te permite esa libertad y flexibilidad económica deseada, por ultimo debéis tener un fondo para emergencias que os ayuden a sortear cualquier imprevisto.
Posterior a este proceso es importante poner objetivos
concretos y específicos, no debéis pensar en objetivos generales porque esto se
hace más difícil de conseguir. Tener una meta clara y concreta te motivará más
a conseguirla, adicional a ello esta meta debe ser medible fijando un importe que debes
ahorrar para lograrlo, también debe ser alcanzable, esto porque debe ser
realista a tus ingresos y capacidades. Muy importante que tus objetivos sean
relevantes e importantes para ti y por ultimo hay que tener en cuenta si tus
objetivos son a corto, mediano o largo plazo.
Quiero compartiros los ocho indicadores que nos permiten diagnosticar el estado de la salud financiera de una persona, según el
Center for Financial Services Innovation (CFSI) estos indicadores nos darán una
clara perspectiva en lo que debemos aplicar para tener un control financiero.
- Gastar menos de lo que se gana
- Pagar las facturas a tiempo y en su totalidad
- Tener suficientes ahorros en productos financieros líquidos
- Poseer suficientes ahorros o activos a largo plazo
- Tener un nivel de deuda sostenible
- Contar con un historial crediticio saludable
- Tener seguros adecuados
- Planificar los gastos para el futuro
Somos una sociedad de consumo y la razón de que continuemos
en este bucle de consumismo inconsciente es que somos unos seres emocionales; entonces las grandes marcas apoyadas de profesionales de marketing tienen muy en claro que estimular las emociones produce en nosotros una serie de reacciones químicas y físicas que nuestro cerebro las interpreta como
necesidades y cuando logramos satisfacer dicha necesidad, la estimulación es tan
grande que el deseo no para y sin saberlo estamos encadenados a ello. Las redes
sociales son la herramienta más eficaz de comunicación para la difusión y
masificación de dichos estímulos que al final continúan creando en nosotros
nuevas necesidades. Esto en la actualidad se traduce en los más jóvenes en
crisis de ansiedad y crisis de identidad y en los más mayores exclusión o
desinformación; es por eso que, en mi opinión, hay que hacer un pare y pensar qué es lo que realmente importa y qué necesitamos de verdad. Encontraréis que es lo que sinceramente os hace feliz, serán siempre aquellas cosas simples de la vida que conecta con tu ser y que, si esto lo logramos fijarlo como un objetivo,
siendo alcanzables y medibles, el resultado dará un giro a tu situación. Es importante entender esto, de vosotros ser un objetivo de consumo de un sistema a ser un sujeto flexible y libre que decide dónde, cuándo y cómo desarrollas un bienestar general.